Madres e hijas unidas por la ciencia
El 11 de febrero se celebra el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia para reivindicar el papel de las científicas a lo largo de la historia y concienciar sobre la brecha de género en las carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas por sus siglas en inglés).
En España, el 30% de mujeres decide matricularse en carreras STEM, según el estudio To be smart, the digital revolution will need to be inclusive elaborado por la UNESCO en 2021. En la Unión Europea, el porcentaje es del 34%.
Por ello, es fundamental contar con referentes científicos femeninos que ayuden a romper barreras, visibilizar el papel de las investigadoras y estimular vocaciones científicas en los y las jóvenes.
En casa de Ivana Serrano y Cristina García eso no es un problema. Ambas trabajan en Montañana, Ivana como encargada de producción de inducción y Cristina como técnico de ingeniería de montaje de hornos. Ambas comparten en casa con sus hijas en su día a día su pasión por la ciencia. Pero, ¿cómo se imaginan ellas a sus madres en el trabajo?
Laura Ondiviela tiene 9 años y es hija de Ivana. A ella lo que más le llama la atención es que su madre trabaje con robots. “Tiene que ser muy divertido”, asegura. “De mayor, me gustaría ser química como mi abuela y mi tía. Y si no, médico. Me imagino a las personas científicas trabajando con una bata blanca y larga, con gafas de protección y botes raros. Yo, si fuera científica, estaría todo el día haciendo experimentos e investigando curas para enfermedades”.
Y, ¿qué quería ser de mayor Ivana? “Cuando tenía la edad de mi hija, lo que más me gustaba eran las matemáticas y el dibujo. Estando en el instituto tenía claro que lo mío eran los números. Decidí estudiar Ingeniería Industrial, de forma casual, pero gracias a ello he podido trabajar en sectores muy diversos como la construcción y la industria”. Me gustaría que mi hija trabajara en aquello que le hiciese feliz, tal y como he hecho yo. Que sea libre para descubrir y elegir aquello que le guste”, explica Ivana.
Candela Sainz-Aja también tiene 9 años y es hija de Cristina García. De mayor le encantaría ser profesora, pero también investigadora. “Lo que más me gusta del trabajo de mi madre es que hace cosas que mejoran la vida de las personas”.
En casa de Cristina, tanto su marido como ella tienen la misma vocación científica, por lo que el ejemplo es doble. “Tanto mi marido como yo somos técnicos y, en lo que al ámbito profesional se refiere, creo que nuestras hijas no ven diferencias entre uno y otro. Para mí, no hay mejor ejemplo que ese. Intentaré no cerrarles ninguna puerta a mis hijas y que puedan elegir libremente. Creo que es importante que elijan una profesión que les motive. Pasamos muchas horas en el trabajo y es importante sentirnos bien con lo que hacemos”, asegura Cristina.
Para acercar las carreras STEM a las futuras generaciones, en BSH organizamos una serie de jornadas en las que los hijos e hijas de nuestros empleados disfrutan de una jornada en la que la ciencia es la protagonista. En estas sesiones, pueden experimentar con el metaverso a través de las gafas de realidad virtual que se utilizan en nuestras fábricas. Además de ver ejemplos prácticos de inteligencia artificial, todos los niños y sus padres construyen sus propios experimentos. Laura, por ejemplo, creó su propia linterna mágica reciclando componentes electrónicos. “Fue lo que más me gustó de ese día. Sobre todo, soldar las luces”, asegura Laura. En el caso de Candela, lo que más le divirtió fue crear un robot y ver a través de las gafas de realidad virtual.
Lo importante es que niños y mayores se diviertan con la tecnología, sin importar el género.
Hijas de Cristina García