Felipe Goikoetxea, que desarrolla su labor dentro del departamento de IT en las instalaciones de Huarte (Pamplona), José Salvador Ochoa, del Centro de Competencias de Gas en Santander, y Ana Marquina y Berta Sáez, trabajadoras de la planta de Esquíroz, han sido algunos de los protagonistas de estos encuentros con el CEO.
Para los cuatro trabajadores, era la primera vez que asistían a una reunión de este tipo: nunca habían estado cara a cara con el director general.
Las “Comidas con el CEO” pretenden ser un punto de encuentro “relajado y distendido” en el que cualquier trabajador puede trasmitir a Fernando Gil sus inquietudes diarias. Al hacerlo en torno a una comida, “hace que todo se desarrolle en un ambiente más humano y cordial”, tal y como evidencia José Salvador. El futuro más inmediato de la empresa en el contexto económico internacional, los objetivos a corto plazo que se plantea BSH, o la necesidad de adaptarse a un modelo de mercado muy cambiante fueron algunos de los temas troncales de la comida.
No faltaron los momentos para hablar de aquello que de verdad influye en la rutina de las factorías: tanto Berta como Marta aprovecharon para poner en valor el trabajo y la capacidad de creativa y de esfuerzo que existe en la fábrica de Esquíroz.
Un cambio de perspectiva
¿Tras esta comida, cambia la visión que los trabajadores de BSH tienen de Fernando Gil o de sus compañeros? La respuesta, una vez más, es unísona al respecto. Todos coinciden en señalar estas comidas como un punto de encuentro en los que tratar temas de futuro o conocer a otros compañeros. Aunque las valoraciones posteriores van mucho más allá y atañen directamente a la dirección de la compañía: “Me sorprendió positivamente ver que las personas que componen la dirección de BSH España están muy formadas, y que son cercanos a la hora de hablar”, corrobora Berta Sáez, que no tiene dudas a la hora de afirmar que su visión sobre el concepto de organización ha cambiado “por completo”.
“A veces, podemos pensar que los altos directivos son más fríos, o que no se preocupan tanto por los trabajadores de las fábricas”. Son palabras de Ana Marquina que, al igual que el resto de sus compañeros, ha valorado muy positivamente que BSH ponga en marcha este tipo de iniciativas. Además de cambiar el concepto sobre la dirección, los participantes en las Comidas con el CEO obtienen información acerca de los planes de futuro, de mano de la propia dirección.
“Que el CEO te escuche de primera mano tiene un valor incalculable”, concluye José antes de dejar constancia de una frase que, posiblemente, resume a la perfección parte de la esencia de las Comidas con el CEO: “Aunque antes no tenía dudas, ahora estoy convencido de que se están tomando decisiones trascedentes en beneficio de la empresa”.