Profesores de la Universidad de Zaragoza y profesionales de BSH imparten el contenido de ‘La empresa innovadora’ , de gran carácter práctico, con el fin de que los alumnos sean conscientes del papel fundamental que juega la innovación como principal mecanismo de competitividad de las empresas, y de que conozcan las herramientas para su aplicación en todos los niveles de una organización.
Dos alumnos de la última promoción han compartido su experiencia.

Carla María Baldellou Lloret es estudiante de Economía y Carlos Larraz de Ingeniería en Tecnologías Industriales. A pesar de ser dos perfiles académicos distintos, ambos tienen cosas en común que han descubierto cursando ‘La empresa innovadora’. Por un lado, el módulo de logística, el favorito para ambos. Mientras que para Carla ha supuesto una posible vía laboral que no contemplaba, para Carlos ya era un objetivo pero hasta ahora no había tenido la oportunidad de conocerlo con tanta profundidad.

Por otro lado, los dos estudiantes coinciden en que compartir aula con compañeros de otras carreras supone una experiencia enriquecedora. Carla lo explica: “A mí me gusta mucho trabajar con ingenieros porque tienen un punto de vista más técnico que yo no tengo. Si sus ideas y mis ideas se complementan podemos llegar a una resolución más rápida. Y te abre la mente, además de que te relacionas con gente que nunca habías conocido”. Por su parte, Carlos también encuentra grandes ventajas: “Se tienen distintas visiones o distintas formas de afrontar un problema. Cada uno lo lleva a su terreno”.

El mundo está evolucionando cada vez más rápido y las metodologías agiles se vuelven indispensables como herramientas de trabajo. Por eso, por primera vez, la prueba final de evaluación de ‘La empresa innovadora’ ha sido un hackathon que se celebró en las oficinas centrales de BSH en Zaragoza. Un ‘hackaton’ es una experiencia colectiva para lograr una meta en común. El objetivo es resolver un reto propuesto además de aprender a trabajar de forma colaborativa. Durante media jornada, 5 equipos de 4 personas trabajaron para resolver el reto propuesto por BSH España: cómo evitar la obesidad infantil desde el punto de vista de la compañía.

Acompañados de profesores dieron rienda suelta a su creatividad en varias etapas de 30 minutos. “Recuerdo que a la hora de sacar ideas nos íbamos complementando unos a otros. Cada uno ponía sus conocimientos y su experiencia en común, y nos exprimíamos al 100%. Considero que es una buena forma de trabajar porque da un resultado más fructífero”, concede Carlos. Carla también considera que la innovación abierta es una interesante forma de trabajar en los mercados actuales: “Es una oportunidad increíble para generar nuevas ideas y, sobre todo, ideas actualizadas. Muchas veces, los grandes directivos necesitan una visión más actual del mundo, y los estudiantes pueden aportar esto”.

Con actividades como esta o la visita a la fábrica de Montañana, que ambos alumnos destacan entre sus favoritas, tanto Carlos como Carla no dudan en recomendar ‘La empresa innovadora’ a cualquiera que quiera asomarse a la realidad laboral y descubrir las tendencias en innovación. “Se debería aplicar en más asignaturas y debería ser algo obligatorio. No solo te da la oportunidad de ver cómo funciona una empresa, sino de conocer a estudiantes con distintos perfiles académicos, conocer a profesionales y aprender de lo que ellos han vivido, y ampliar tu círculo de contactos”, resume Carla.

En BSH creemos que el conocimiento compartido es conocimiento añadido. Por eso, buscamos cooperar con startups innovadoras y personas con nuevas ideas. Estamos convencidos de que podemos conseguir más con transparencia, curiosidad y compartiendo conocimiento. Queremos estar siempre un paso por delante de los retos digitales, no solo enfrentarnos a ellos.

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