El proyecto Necomada llega a su fin con los objetivos cumplidos
Hablar de lectores de antenas RFID, o de las propias antenas flexibles que esta tecnología necesita para funcionar, supone hacerlo de un tema muy técnico que, para muchas personas no es sencillo de comprender. Muy asociados a la denominada industria 4.0 y a la electrónica flexible, no se trata exactamente de dos términos muy novedosos. No obstante, sí que tienen la llave para poder disfrutar en casa de electrodomésticos capaces de comunicarse más y mejor con los usuarios. Y para ello se ha trabajado en el proyecto internacional Necomada, al que se puso punto final el pasado 31 de diciembre de 2019, y en el que BSH ha tenido un papel de validador con el que poder dotar a los frigoríficos de antenas flexibles más eficientes y económicas. ¡Sigue con nosotros en este artículo para descubrir más detalles!
El proyecto Necomada, que ha contado con financiación de la Unión Europea, se entiende mucho mejor con un ejemplo práctico de lo que supondrá, de momento, para la producción de frigoríficos de BSH. Hoy en día, ya se están comercializando en China frigoríficos que disponen de lectores de antenas RFID que, mediante unas pinzas con antenas que se pueden acoplar a las bolsas de comida, el frigorífico entiende y lee que estás metiendo algo y te permite llevar un registro desde el móvil o el ordenador de todo lo que hay en el interior.
“Lo que perseguimos con Necomada es desarrollar antenas más versátiles para las pinzas”, relata Jorge Alaman, responsable del proyecto.
13 partners y una tecnología transversal
Necomada ha sido un proyecto internacional “con el objetivo final de desarrollar antenas flexibles”, que no sirvan únicamente para frigoríficos, sino que puedan tener multitud de aplicaciones en otros segmentos como, por ejemplo, los medicamentos. BSH ha participado con un papel de validador. “Esto quiere decir que proponemos una aplicación en la que a nosotros nos interese usar estas antenas flexibles. Al principio del proyecto definimos una serie de objetivos y especificaciones que nos gustaría que cumpliesen estas antenas y durante el proyecto realizamos el seguimiento del desarrollo y al final, la validación”, nos cuenta Jorge.
Participar en el proyecto ha supuesto un beneficio con una doble utilidad práctica. Por un lado, BSH se ha beneficiado de que “todo el desarrollo de las antenas, desde los materiales hasta el proceso productivo” lo hayan ejecutado otros partners sin coste, o un coste mínimo. De esta forma, “tenemos prototipos desarrollados para validar y poder implementar en nuestros electrodomésticos”.
Para el usuario final, la principal ventaja ya la hemos señalado: podrá tener un inventario de todo lo que hay dentro de la nevera y, además, gracias a este proyecto de innovación abierta, estas pinzas, además de antenas RFID, también contarán con conectividad NFC, lo que permitirá ofrecer nuevas y mejores prestaciones al usuario. “Con Necomada vamos a ofrecer antenas flexibles para favorecer la comunicación entre el electrodoméstico y el usuario”, argumenta nuestro compañero.
El papel de la innovación abierta
A pesar de la complejidad, el balance del proyecto ha sido “bastante positivo”. En lo que respecta a BSH, “hemos conseguido tener y validar varios prototipos de antenas que aguantan las condiciones requeridas para el entorno que demanda un frigorífico”, nos cuenta.
Para conseguirlo, ha sido necesario hacer frente a los retos que supone trabajar en un proyecto 90% telemático. Para que todos los participantes pudieran alcanzar sus objetivos a través de una tecnología tan transversal, se realizaban hasta dos tipos de encuentros programados entre todos los partners: una teleconferencia mensual y un encuentro presencial cada seis meses. Se trata, por lo tanto, de un ejemplo perfecto de lo que representa la innovación abierta: “Al final tienes que ser lo suficientemente flexible como para proponer una innovación de la que otros se puedan beneficiar, pero que también se pueda aplicar a tu caso concreto”, explica Jorge.
Además de innovación abierta, Necomada ha representado también una ejemplificación perfecta de lo que se espera de la industria 4.0. “Como opinión personal creo que queda mucho por hacer. Hay mucho campo de trabajo, pero también ejemplos reales que ya se han implementado y se pueden ver en nuestras fábricas”, concluye Jorge.