Cada año, se producen a nivel mundial más de 400 millones de toneladas de plástico y se estima que la mitad de este material tendrá una vida útil de un solo uso. Según la ONU, menos del 10% se recicla y, aproximadamente, 20 millones de toneladas de desechos plásticos terminan cada año en lagos, ríos, mares y océanos de todo el mundo, el equivalente a 2.200 Torre Eiffeles juntas. ¡Y esta cifra podría triplicarse de aquí a 2040!  

Para concienciarnos sobre ello, el 5 junio, Naciones Unidas celebra el Día Mundial del Medio Ambiente, enfocado este año a sumar iniciativas para reducir la contaminación por plásticos.  

Es necesario que todos, gobiernos, empresas y ciudadanos, nos involucremos para cambiar el modelo hacia una economía circular que reduzca el volumen de plásticos desechados.  

Las empresas debemos dar un paso al frente en el camino hacia la sostenibilidad. En BSH, llevamos más de 55 años trabajando para proteger a nuestro planeta y tenemos varios proyectos en marcha que buscan soluciones para reciclar plásticos con los que fabricamos nuestros electrodomésticos. 
 

Nuestra estrategia de economía circular abarca todas las fases de vida de nuestros productos, desde su diseño y fabricación (con líneas de acción para materiales y sustancias, ecodiseño y reciclabilidad de materiales), pasando por la fase de uso (nuevos modelos de negocio, reparabilidad y durabilidad) y terminando en la fase de fin de vida (con líneas de acción basadas en el reciclado de nuestros RAEE y en la preparación para la reutilización). 

Un aspecto clave para el futuro es la reducción del impacto medioambiental de nuestras operaciones. Para ello, seguimos incrementado la compra de materiales reciclados a lo largo de toda la cadena de valor. Cada vez más, nuestros electrodomésticos incorporan materiales de origen reciclado.  

Uno de los mejores ejemplos es en el uso de resinas en nuestras placas de inducción. El Centro de Desarrollo de Placas Eléctricas de Montañana ha sustituido una resina termoplástica de polipropileno virgen con carga, por un nuevo polipropileno 100% reciclado con carga apto para su uso industrial en placas de inducción. Gracias a la sustitución de esta pieza plástica que va incorporada en la base de las placas, evitamos emitir 1 kilo menos de CO2 eq. a la atmósfera por cada kilo de plástico que sustituimos, cantidad que contienen, aproximadamente, dos placas de inducción ,y que equivale a un viaje de 4 kilómetros en coche. En 2022, se ha sustituido ésta pieza en un nuevo modelo de placas eléctricas y, en la actualidad, se está trabajando para utilizar este material reciclado en otras categorías de producto como en el interior de los lavavajillas compactos o en las lavadoras. 

Este proyecto de introducción de plástico reciclado en las placas de inducción ha sido premiado recientemente por la compañía, recibiendo el tercer premio en los Bosch Sustainability & EHS Award 2021, en la categoría de eficiencia de recursos.  

Otro ejemplo lo encontramos en nuestra fábrica de Santander. Allí se desechan muchas partes de las piezas que se utilizan para mecanizar la step valve, la válvula de nuestras placas de gas. Estos residuos que se desechan se vuelven a enviar al proveedor para que los recupere y nos vuelva a enviar piezas recicladas.   

Pero no siempre es posible reutilizar el residuo en el mismo proceso productivo. En Esquíroz, por ejemplo, han desarrollado una base de embalaje para los lavavajillas compactos hecha con polipropileno reciclado. Durante el proceso de fabricación de los frigoríficos se desecha mucho material para hacer las cubas y surgió la idea de reciclarlo para hacer la pieza de embalaje del lavavajillas compacto que se envía, mayoritariamente a China. Con ese material reciclado de polipropileno se aprovecha más del 75% del material que antes se desechaba.  

También hay proyectos de investigación abiertos con otros materiales como la poliamida reciclada. Gracias a estas iniciativas, avanzamos en el uso de materias primas de origen reciclado.