Como fabricante, en BSH España nos hacemos cargo de nuestras responsabilidades y trabajamos de la mano de las entidades de la asociación AERESS (Asociación Española de Recuperadores de Economía Social y Solidaria), que se dedican a la reducción, reutilización y reciclaje de residuos con un objetivo de transformación social.
En pocas palabras, gracias a este tipo de centros se impulsa a la economía circular y se consigue dar una segunda vida a un número importante de electrodomésticos en nuestro país, concretamente a una cifra que ronda el 50-60% de los que cada día se retiran de cientos de hogares, tal y como confirma Jose Antonio Crestelo, responsable de preparación para la reutilización en BSH.
Tras la incorporación de cuatro nuevos centros en* Burgos, Salamanca, Huelva y Pamplona,* en BSH ya colaboramos con un total de nueve. En todos ellos se realiza una labor fundamental de “inserción social”, formando durante tres años a personas en riesgo de exclusión. Su tasa de empleabilidad es del 70%.
“Hacemos una labor que nos encanta”
Para José Antonio Crestelo, el trabajo con los centros de preparación para la reutilización es un proyecto “muy bonito”, ya que tiene un componente social muy potente. En ellos se lleva a cabo la preparación para la reutilización de electrodomésticos que pueden vivir una segunda vida. Dentro de este proceso, BSH tiene un papel fundamental con la captación de los aparatos, dotándoles de un material de primera clase. Y es que, antes de nuestra participación, estos centros se nutrían de donaciones o de electrodomésticos de puntos limpios, lo que impedía la recuperación de un altísimo porcentaje de los mismos.
¿Cuál es el proceso de recuperación?
Tal y como relata José Antonio, cuando un electrodoméstico se retira de la casa de un usuario con destino a uno de los 9 centros, “lo primero es la lectura y el registro del aparato”. Una vez ‘matriculado’, se determina qué aparatos no son recuperables y deben tratarse como residuos, y cuales se envían a los centros de recuperación.
“Son aparatos que, en principio, los usuarios nos dicen que funcionan”, confirma. Y cuando se comprueba que, efectivamente, es así, se procede a la reparación o a la incorporación de piezas que sean necesarias. Antes de aterrizar en los* outlets o tiendas especializadas* de las entidades de AERESS (y cuyo beneficio se destina a sus proyectos sociales), deben cumplir con otro filtro muy importante: las “pruebas de vida y seguridad” que pasan todos los aparatos. Y ya el último paso es una puesta a punto de carácter más estético antes de que lleguen a la venta, con su garantía correspondiente para el usuario que quiera darles una segunda vida.
Cumplimento con la legislación vigente
Además de participar en un proyecto muy bonito, en virtud de esta colaboración damos cumplimiento al Real Decreto 110/2015 que obliga a los fabricantes de electrodomésticos a que un porcentaje de aparatos, que anteriormente iban destinados a chatarra, ahora puedan llegar a ser electrodomésticos de segunda mano a través de empresas de inserción social. ¿Y cuál es este porcentaje? “Cuando arrancó el Real Decreto era de un 2% y ya el año pasado subió a un 3%”, confirma Crestelo.
