Uno de los puntos clave para BSH es la protección del medio ambiente. La compañía no sólo tiene en cuenta sus avances en producción e innovación, también calcula el impacto social y medioambiental de sus productos. Desde hace más de un año, BSH actualizó su política ambiental y energética integrándola con la de Seguridad y Salud Laboral. A través de ella, se define el compromiso de la empresa con la mejora continua mediante la prevención en el desarrollo de productos y procesos, la implantación de sistemas de gestión ambiental y energética y la promoción de un adecuado comportamiento de empleados y socios.
Nuestra compañía se compromete a fabricar productos seguros que contribuyan a mejorar la vida de las personas de todo el planeta y favorecer iniciativas que impulsen el desarrollo social. Las actuaciones de BSH se guían por su compromiso con el proyecto ResourceEfficiency, que tiene como objetivo conseguir una reducción del 20% del consumo de energía y agua por tonelada de aparato producido en 2025, tomando como referencia el resultado del año 2015.
Además. el objetivo es que nuestros electrodomésticos consuman cada vez menos energía y agua en su funcionamiento. De esta forma, BSH piensa en minimizar el impacto medioambiental desde la fase de diseño de producto. La compañía tiene en cuenta los materiales que va a utilizar, la colocación de las piezas, las clases de metales y cómo todas esas elecciones podrían llegar a afectar a la naturaleza. La inversión en eficiencia energética no sólo contribuye al cuidado del planeta, también supone un ahorro económico para el consumidor.
Las perspectivas son extraordinarias: en los últimos 15 años, el consumo energético se ha reducido un 74% en campanas, un 60% en lavadoras y un 64% en frigoríficos de BSH. Sin embargo, somos conscientes de la necesidad de seguir trabajando en este campo. Fijándonos objetivos a largo plazo, buscamos mejorar la eficiencia de nuestros electrodomésticos a la vez que contribuimos a construir un futuro sostenible.