Cada año en Europa se generan unos 500 kilos de residuos por persona, según Eurostat. Esta situación no es sostenible y por ello, debemos buscar nuevas formas de minimizar esos residuos o de poder aprovecharlos.

Este ha sido uno de los objetivos del proyecto de investigación desarrollado entre investigadores del Área de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Zaragoza y compañeros del Centro de desarrollo de placas eléctricas de Montañana. Los resultados de este proyecto han permitido el uso de polipropileno (PP) reciclado en un componente de las placas de inducción.  Se ha sustituido una resina termoplástica de polipropileno virgen con carga, por un nuevo polipropileno 100% reciclado con carga apto para su uso industrial en placas de inducción. 

¿Parece sencillo? Pues no lo es. Para sustituir el material virgen por otro similar 100 % reciclado con la certeza de que su funcionamiento será adecuado, y de que se garantiza la calidad y la funcionalidad del nuevo material.

El soporte de la electrónica es una pieza de plástico que se considera un componente básico dentro de las placas de inducción. Estas piezas de plástico se fabricaban en PP con un 40 % de carga mineral o en Poliamida (PA) con fibra de vidrio, con un consumo anual de 1.192 toneladas en 2021. 

 

Gracias a la sustitución de este componente, que va incorporado en la base de las placas de inducción para posicionar las placas electrónicas de potencia y otros componentes, conseguimos emitir 0,53 kg CO2 equivalente menos a la atmósfera, con cada placa de inducción que fabricamos. Visto así puede parecer poco, pero se ha podido reducir el impacto material en un 73 % y la reducción de huella de carbono ha sido de 188 t de CO2 equivalente el primer año y se espera que aumente en los siguientes. Esto equivale a las emisiones generadas durante un año por 15 hogares españoles.  

Para 2025, nuestro objetivo es que al menos el 25% de nuestros productos, de media, se fabriquen con materias primas de origen reciclado. A largo plazo, nuestro objetivo es duplicar la tasa de material reciclado hasta alcanzar al menos el 50% en 2030.